La elongación axial significa alargar la columna sobre su propio eje, llamado eje vertical o axial, que atraviesa el cuerpo longitudinalmente de arriba a abajo, atravesando desde la coronilla por el centro del tronco y la pelvis en línea recta hacia el suelo.
Elongar la columna es sentir que la espalda se estira desde la base del cráneo hasta la zona sacra; es decir crecemos hacia el techo y las vértebras se separan una de otra, haciendo posible que los discos intervertebrales se esponjen y se nutran; o lo que decimos en clase: “deja que entre el aire entre vértebra y vértebra”.
La elongación axial es muy importante a la hora de articular la columna. La articulación de la columna sin elongación axial puede producir pinzamiento vertebral y, como consecuencia, lesión en los cuerpos vertebrales, en los discos, ect.
Por eso es muy importante la elongación axial para poder ejecutar con seguridad y eficacia los ejercicios. De ahí que en clase digamos antes de girar o hacer torsión crecer hacía al techo (por ejemplo si hacemos el ejercicio de la sierra o una flexión lateral) en el caso de estar en bipedestación (de pie); y si estamos tumbados estira hacia la pared.
Esto concepto de crecer o estirar hay que aplicarlo al día a día, en las actividades a las que nos vemos sometidos, realizamos distintos movimientos con la columna y por este motivo es muy importante ser consciente de estos movimientos.
Con la elongación axial va implícita una buena alineación corporal que ya hemos visto en numerosas ocasiones en nuestros artículos y se hace referencia constantemente en clase.
Te contamos de forma rápida algunos de los beneficios
- Reeducación postural para aprender a colocarnos y movernos y con ello prevenir lesiones
- Aumento de la movilidad de la columna
- Liberamos la tensión entre las vértebras
- Activamos todos los músculos del core, incluyendo la musculatura profunda.
- Aportamos estabilidad a la pelvis