PRINCIPIOS BASICOS DEL METODO PILATES

PRINCIPIOS BASICOS DEL METODO PILATES

El método Pilates se fundamenta en seis principios básicos que estableció su creador Joseph Pilates. Los ejercicios se deben ejecutar siguiendo esta metodología.

Concentración: Se debe estar con los cinco sentidos al 100% para la ejecución de los ejercicios de pilates. Se habla de un sexto llamado propiocepción que es el que nos permite conectar cuerpo y mente. Durante la realización del ejercicio se debe estar concentrado para tener la sensación de sentir el movimiento, detectarlo y entender como se realiza, que se está trabajando y sentir la actividad que se está desarrollando.

Respiración: La correcta respiración es clave en pilates y forma parte de cada ejercicio. La técnica de pilates es lograr limpiar el torrente sanguíneo a través de la oxigenación y mejorar la capacidad pulmonar. Mediante un buen hábito de respiración se puede conseguir una buena parte de la corrección postural.

Centralización: El centro, “Mansión de poder” o “Power house” es la zona donde sale toda la energía para realizar los movimientos de nuestro cuerpo de una forma armónica y controlada. El centro es el conjunto muscular que engloba el diafragma, musculatura abdominal, cuadro lumbar junto con los músculos profundos de nuestra columna y suelo pélvico.

-Precisión: La precisión en la ejecución de los movimientos es clave y deriva del control, respiración y centralización. Cada movimiento tiene un propósito, no es la estructura del ejercicio en sí; sino la ejecución del mismo. La alineación es un concepto correcta también permite la perfección del movimiento.

Fluidez: Durante la práctica del método es clave realizar los ejercicios con fluidez, de modo ni muy rápido ni muy lento, de una forma armoniosa (sin trompicones). En Pilates no existen movimientos aislados o estáticos, sino que se sigue el fluir natural del cuerpo, como una intención de hacerlo o más bonito y preciso posible.

Control: Este principio deriva de los demás, no se puede tener control sin los demás principios. El control es básico ya que el método considera como indivisible mente-cuerpo. Para controlar debemos saber estabilizar, respirar, conectar y mover.

PILATES PARA ACTIVAR CUERPO Y MENTE

PILATES PARA ACTIVAR CUERPO Y MENTE

Esta semana pasada hemos realizado en nuestras clases de pilates una serie de ejercicios dirigidos a estimulan el funcionamiento de nuestro celebro.

El pilates es una alternativa ideal para mejorar la actividad cerebral y mantener muestra mente activa.

Los ejercicios de pilates requieren de concentración, además implica realizar estos  movimientos armoniosamente equilibrados con coordinación. La necesidad de usar nuestro cerebro para ejecutar movimientos físicos y la obligación de concentrarnos para llevar a cabo la práctica hace mantener a nuestra mente activa y crean un trabajo conjunto entre nuestra mente y nuestro cuerpo.

El uso de ejercicios cruzados en pilates donde intervienen simultáneamente movimientos de piernas y brazos de diferentes lados (izquierda o derecha), activa el trabajo cerebral de ambos hemisferios.

Uno de los ejercicios que realizamos en nuestra clase de pilates  para mejorar la salud mental es la marcha cruzada.

La marcha cruzada consiste en levantar la rodilla derecha a posición de mesa mientras nuestro brazo izquierdo hace una abducción al frente, luego volver a una posición inicial, y posteriormente realizar el mismo movimiento pero al contrario; es decir, levantar rodilla izquierda en mesa a la vez que brazo derecho hace de nuevo la abducción al frente.

Los beneficios que aportan estos trabajos cruzados son:

  • Activa la lateralidad de ambos hemisferios cerebrales haciendo que trabajen en conjunto.
  • Ayuda a formar más redes neuronales y mejora el balance de nuestra actividad nerviosa.

Si quieres activar tu mente y divertirte al mismo tiempo práctica pilates.

LA RESPIRACION INTERCOSTAL EN PILATES

LA RESPIRACION INTERCOSTAL EN PILATES

Las iniciales E.R.C.M. corresponde en el método Pilates con las iniciales de estabilizar, respiración, conectar (el centro) y mover (movimiento).

Estas son las fases por las que se debe pasar a la hora de realizar cualquier ejercicio de pilates en las diferentes modalidades.

En nuestras clases de Pilates suelo, máquinas y aéreo, insistimos mucho en este concepto (E.R.C.M.), ya que el alumno tiende a realizar el ejercicio de forma errónea, sin pensar, primero tiende a realizar el movimiento y a continuación estabilizar y conectar.

Para controlar debemos saber estabilizar, respirar, conectar y mover (E.R.C.M.)

«The Contrology»  según Joseph Pilates era: «La completa coordinación entre la Mente, el Cuerpo y el Espíritu»

Hoy os vamos a recordar de nuevo la respiración en pilates ya que es uno de los principios fundamentales del método Pilates.

La correcta respiración es clave en pilates y forma parte de cada ejercicio, debe ir coordinada con el movimiento.  

La técnica de la respiración en el método pilates es lograr limpiar el torrente sanguíneo a través de la oxigenación y mejorar la capacidad pulmonar. Mediante un buen hábito de respiración se puede conseguir una buena parte de la corrección postural.

La respiración pilates es una respiración intercostal, mejora la capacidad pulmonar y flexibiliza los músculos intercostales. Activamos los músculos profundos del tronco: columna lumbar, transverso, suelo pélvico, multifidus y oblicuos.

La respiración se utiliza para facilitar la estabilización y la movilización de la columna vertebral y las extremidades.

La inhalación facilita el movimiento de extensión de columna: se inhala por nariz despacio y expandiendo la caja torácica; todo ello sin soltar las conexiones abdominales y suelo pélvico.

La exhalación fortalece la musculatura interna: se exhala por boca medio cerrada (como si quisiéramos empañar un cristal) y se debe notar que la fuerza de expulsión del aire sale desde suelo pélvico, abdomen y estómago (conectando el centro) y cerrando la caja torácica.

Para practicar la respiración pilates e ir familiarizándonos con ella, la podemos realizar desde posición bípeda (de pie) o decúbito dorsal.

Nos colocaremos las manos encima de la parrilla costal tocando los dedos corazones de ambas manos y codos proyectados hacia los laterales.

Al inhalar expandimos costillas y notamos como nuestros dedos se separan y al exhalar cerraremos costillas volviendo nuestros dedos a juntarse.